Respetado profesor:
Esta vez no seré extenso y no me extenderé en palabras que probablemente van a sobrar, lo asegure en mi carta a usted, así como he hecho de defensor y promotor de su propuesta, seré su critico y no dejare pasar cualquier cosa solo por que le profeso cierta simpatía.
Señor aspirante, hasta hoy muy serio aspirante a la presidencia, ¿es acaso conciente de lo que hizo con su propuesta de sueldo a los médicos?, ¿ha considerado lo que esto puede hacer con sus pretensiones políticas?.
A mi no me interesa si algún otro, dijo lo mismo o algo mejor que usted, a mi me interesa que usted significa la propuesta que hasta hoy he considerado mas sensata, y si me permite decirlo su respuesta de anoche se sobra de insensata.
No se vera bien retroceder con explicaciones algo tan claro, no se vera bien intentar corregir algo que parece no tener manera, le pido, si es que esto no significa la muerte de su campaña, que si algún día le imponen la banda presidencial pueda desde ese cargo demostrar a un gremio bueno, grande y casi ultrajado que usted no se convertirá en su enemigo.
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