Para vos que ahí durmiendo no te das cuenta como no he dejado de mirarte, como he tenido que parar la vida entera para perderme en la magia de la paz que le regalas a lo imparable de la realidad, una pausa a lo inmisericorde que es el tiempo.
Para vos que me has ido colgando en el cuello una buena carga de sonrisas, de fuerza y de ganas para volver solo en minutos a la vida real.
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